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Antecedentes y fundamentos

I.2. Marco académico.

 

En este apartado se presentan algunos aportes que dan sustento a la presente propuesta en el área de educación superior: la declaración de Ushuaia proveniente del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería de la República Argentina y Asociación Iberoamericana de Instituciones de Enseñanza de la Ingeniería; la declaración final de la III Conferencia Regional de Educación Superior CRES 2018; el documento “Educación superior, ciencia, tecnología y agenda 2030” de Nuñez, 2017; y actividades profesionales reservadas al título de ingeniero

 

El Consejo Federal de Decanos de Ingeniería de la República Argentina (CONFEDI) como miembro fundador de la Asociación Iberoamericana de Instituciones de Enseñanza de la Ingeniería (ASIBEI) en 2015 emitió la Declaración de Ushuaia (Argentina) donde entre otras consideraciones se expresó lo siguiente, que puede ser extrapolable a otras áreas del conocimiento:

 

“…La docencia en ingeniería debe preparar a las nuevas generaciones de profesionales para encontrar soluciones creativas y sostenibles que permitan superar las diferencias e inequidades sociales, económicas y tecnológicas y puedan constituirse en instrumentos efectivos de mejoramiento social y crecimiento económico. Con ese propósito uno de los acentos de la docencia en ingeniería debe colocarse en la contextualización regional que se dé a la educación de los ingenieros. El conocimiento de la historia de la profesión, de las características de su ejercicio y de sus propias expectativas de cambio debe sumarse al conocimiento de la cultura, los recursos, los saberes, las expectativas y necesidades de la región. En el marco de la reunión de Ushuaia, se declara: Para el logro de este compromiso, se sustentará en el principio de que educar ingenieros requiere la satisfacción, por parte de los profesores, de una serie de cualidades que deben reflejarse en su formación como profesionales de la educación”. ASIBEI considera que el abordaje de la formación de profesores debe realizarse desde un enfoque de colaboración/red centrado en las necesidades de las Instituciones de Educación Superior y de los educadores (bajo costo, comodidad, reconocimiento mutuo, control de calidad revisado por expertos y personalización). Debe tener como objetivo aumentar considerablemente el número de educadores capacitados para incorporar en los programas las dimensiones del Desarrollo Territorial Sostenible, a través de una sólida formación pedagógica y profesional.

 

Además ASIBEI propone en su plan de acción para los próximos años, asumiendo el compromiso de disponer su esfuerzo y trabajo en el área de ingeniería. Crear Cátedras Abiertas, virtuales o con soporte local sobre temáticas propias del Desarrollo Territorial Sostenible, certificadas por IESALCI. Relacionar Formación con Investigación científica y tecnológica e innovación

 

Por otro lado, de la Declaración final de la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) para América Latina y el Caribe, desarrollada en junio de 2018, se destaca que “Pensar que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la humanidad es importante pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser plural e igualitario, para posibilitar el diálogo de las culturas.” (CRES, 2018:02). Además alienta a que “En consonancia con el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda de Desarrollo adoptada por la UNESCO (2030), instamos a los Estados a promover una vigorosa política de ampliación de la oferta de educación superior…” (CRES, 2018:03).

 

Entre los análisis de los actuales debates y panoramas que se presentan en la Región se destaca la reciente obra de Nuñez Jover, (2017) el autor de “Educación superior, ciencia, tecnología y agenda 2030”, obra de UDUAL, cuadernos de Universidades 2. La obra nos acerca a la relación entre Universidad, Tecnología. A continuación un extracto de la obra:

 

La Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) en Argentina en 2018, seleccionó como uno de sus ejes de discusión el papel estratégico de la educación superior en el desarrollo sostenible. Ese es el tema que abordamos en este documento. La selección del mismo parece justificada por la compleja situación económica, social y ambiental por la que atraviesa la humanidad y en particular América Latina y el Caribe (ALC). La alarma ante semejante situación condujo en 2015 a las Naciones Unidas a aprobar la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, con sus objetivos y metas. Se le ha denominado “agenda civilizatoria” que reclama una “alianza mundial reforzada”.

 

Frente este escenario el autor avanza en el análisis de lo que llama Nuevos paradigmas, nuevas políticas:     

Se discuten los límites de los modelos académicos tradicionales de producción de conocimientos y se introducen enfoques que intentan superarlos. Se asume que ellos pueden fertilizar las políticas universitarias y modificar la participación de las universidades en los procesos de producción, difusión y uso de los conocimientos que el desarrollo sostenible (DS) reclama. La eventual construcción de políticas universitarias, cuyo foco central sea el desarrollo sostenible y la Agenda 2030, requiere de la renovación del enfoque de educación superior y de las perspectivas conceptuales en que descansan sus estrategias de formación, investigación, innovación, extensión/vinculación.

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Es preciso incorporar una visión mucho más interactiva, donde múltiples actores dan forma a las trayectorias tecnológicas que se co-construyen con participación de las universidades y se orientan a satisfacer necesidades sociales relevantes. Para ello, se sugiere explorar el papel de la universidad desde la perspectiva de los sistemas de innovación para un desarrollo inclusivo (Dutrénit y Sutz, 2013). Un enfoque que subraye la relevancia social de los procesos de formación, investigación, innovación, ampliando su capacidad de fomentar el bienestar humano.

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Se introducen conceptos como “ciencia integrada”, “ciencia no hecha”, entre otros y se amplía la propuesta de una “Ciencia de la sostenibilidad”, ya considerada por la CRES 2008. Siguiendo esa lógica, se discute el concepto de Tecnología Social (TS) (Thomas et. al, 2013; Dagnino, 2009). La TS se apoya en las teorías contemporáneas que subrayan la naturaleza social de la tecnología e insisten en que tecnología es mucho más que ciencia aplicada y su desarrollo no es único e inexorable. Desde esas concepciones, la tecnología es socialmente construida por “grupos sociales relevantes” a la vez que la sociedad es tecnológicamente construida. Las tecnologías tienen que ver con decisiones de los actores, lo que confiere al cambio tecnológico una naturaleza política. Hay un proceso de co-construcción tecnología-sociedad (Thomas, 2011). Estas perspectivas alientan a buscar senderos tecnológicos alternativos para producir viviendas, alimentos, cuidar el ambiente, mejorar la atención de salud, entre otras muchas urgencias. Se trata de orientarse por nuevos valores, involucrar otros grupos sociales relevantes y generar nuevas trayectorias socio técnicas. Se trata de esfuerzos sistemáticos por desarrollar TS son visibles, entre otros, en países como Brasil y Argentina. La TS debe ayudarnos a plantear alternativas tecnológicas, más ajustadas en lo económico, social y ecológico a las realidades de los países desarrollados y por ello mejor alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es probable que desde esas perspectivas la formación de profesionales, ingenieros, la investigación tecnológica, pueda ser pensada de otro modo.

 

Habitualmente se asume que los problemas productivos pueden generar preguntas de investigación, pero no ocurre lo mismo con problemas sociales. Frente a esto, se afirma que el avance hacia sociedades más sostenibles, justas, equitativas, igualitarias, democráticas, participativas e inclusivas necesita promover políticas públicas que vinculen el conocimiento científico y tecnológico, la investigación y la innovación, a las problemáticas sociales. Esta necesidad explica el interés por impulsar una nueva generación de políticas científicas, tecnológicas y de innovación (CTI) en América Latina y el Caribe (Bortagaray, 2016; LALICS, 2017) en cuya formulación el trabajo intelectual y práctico de las universidades puede ser relevante. Se argumenta que modelos como los de “universidad de investigación” y mucho menos, la “universidad empresarial” no permiten afrontar los problemas de la insustentabilidad, la desigualdad y el subdesarrollo, más bien tienden a agravarlos (Arocena y Sutz, 2016).

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Como alternativa se presenta el modelo de “universidades para el desarrollo” (Arocena, Goransson y Sutz, 2015; Arocena y Sutz, 2015 y 2016). La “Universidad para el Desarrollo” es una formulación contemporánea de ideal de universidad socialmente comprometida que en América Latina forjó el Movimiento de la Reforma Universitaria de Córdoba en 1918. La “Universidad para el Desarrollo” se caracteriza por la práctica conjunta de la enseñanza, la investigación, y la extensión y otras actividades en el medio, apuntando a sumar esfuerzos con muy diversos actores sociales para el Desarrollo Humano Sustentable, lo que implica en particular contribuir a la generalización de la educación avanzada y permanente, la creación original de cultura y conocimiento socialmente valioso, la solución de problemas colectivos, priorizando a los sectores más postergados, mediante la colaboración de actores universitarios y de otros ámbitos en procesos interactivos donde todos aprenden y se desempeñan no como pacientes sino como agentes (Arocena y Sutz, 2016).

 

Universidad y desarrollo local, se argumenta que un encuentro más fértil e intenso entre universidad y sociedad puede lograrse a través de una mayor articulación de las universidades con los contextos territoriales más inmediatos en que ellas se desenvuelven. En esos territorios existen con frecuencia necesidades de salud, producción de alimentos, construcción de viviendas, energía, calidad del agua, entre otras.

 

La dimensión local es muy relevante para las estrategias de desarrollo sostenible y tiene una muy alta significación para los procesos de construcción del conocimiento. El espacio local es un ámbito muy apropiado para desplegar proyectos del tipo “ciencia de la sostenibilidad”, “tecnologías e innovaciones sociales”. En su proyección local la universidad puede mostrar sus potencialidades como institución orientada al desarrollo sostenible e inclusivo.

 

Como sugerencias: Participar activamente en las arquitecturas institucionales interinstitucionales e intersectoriales que los países están creando para impulsar la Agenda 2030. Destacar que los ODS requieren conocimientos y tecnologías apropiados a sus fines, defender el ideal de una educación superior de calidad e incluyente que iguale oportunidades y cierre brechas. Enfatizar en el debate público el papel de la educación superior socialmente relevante, pertinente, comprometida, como actor del desarrollo. Impulsar nuevas formas de producción social de conocimientos, nuevas agendas de formación, investigación e innovación que conecten mejor conocimiento, necesidades humanas y agenda de desarrollo sostenible. Transformar el enfoque mismo de las instituciones de educación superior, sus arreglos institucionales, mecanismos de evaluación, entre otros aspectos. Instrumentar programas que incentiven la formación socio humanista, los valores éticos, la visión compleja y holística de la realidad, la educación ambiental, la comprensión de la naturaleza social de la ciencia, la tecnología y la innovación.

 

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En ese proceso de repensar las universidades y su función social es posible aprovechar nuevos enfoques, entre ellos, conceptos como ciencia de la sostenibilidad, ciencia integrada, tecnología e innovación social, sistemas de innovación para un desarrollo inclusivo, universidades para el desarrollo, entre otros. Desde esos conceptos es posible replantear el papel de la universidad en el hábitat, territorio y DS

 

 

Por otro lado resulta relevante recordar que el en plan de estudio de la carrera de ingeniería civil (ordenanza 1030) las actividades profesionales reservadas al título de ingeniero civil (resolución ministerial 1232/01) comprendían, entre otras: 

A. Estudio, factibilidad, proyecto, dirección, inspección, construcción, operación y mantenimiento de,

10. Obras de saneamiento urbano y rural.

12. Obras de urbanismo en lo que se refiere al trazado urbano y organización de servicios públicos vinculados con la higiene, vialidad, comunicaciones y energía.

13. Para todas las obras enunciadas en los incisos anteriores la previsión sísmica cuando correspondiere.

B. Estudios, tareas y asesoramiento relacionado con,

3. Planeamiento de sistema de transporte en general.

4. Estudio de tránsito en rutas y ciudades.

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I.2.1. Contexto de inserción nacional.

 

En este apartado mencionaremos aquellos antecedentes que vinculan la temática del hábitat, territorio con la ingeniería en el ámbito de la UTN, luego antecedentes conexos al tema y a la ingeniería en ámbitos fuera de la UTN. Estos antecedentes alientan a la creación de un grupo específico de Hábitat y territorio en el marco de la FRM.

 

En primer lugar, al interior de la Universidad Tecnológica Nacional hallamos algunos antecedentes en la regional Santa Fe. Desde el 2001, se desarrolla el Centro de investigación y desarrollo para la Construcción de la Vivienda (CECOVI), dicho centro trabaja con las tareas de investigación de tecnologías dedicadas al desarrollo del hábitat social, dentro del concepto de sustentabilidad ecológica. Su misión es: Contribuir desde lo científico y tecnológico, al mejoramiento y desarrollo de la industria de la construcción y del hábitat humano. Brindar al medio regional y nacional, servicios y asesoramiento en materia de tecnología de la construcción y la vivienda. Formar recursos humanos en investigación, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología y docencia.

 

En la regional Santa Fe se dicta la Cátedra Interdisciplinaria de Hábitat Social, su equipo docente lo integra el Ing Ariel Gonzalez, Arq. Ma. José Pardo, Mg. Aldo López, Arq. Marcelo Gianotti, Lic. Sandra Gallo y Lic. Anabella Córdoba. La catedra está dirigida a estudiantes de carreras de la U.T.N., Trabajo Social, Comunicación Social y profesionales de organismos públicos relacionados (I.A.P.V. – PROMEBA), Colegio de Arquitectos, Colegio de Asistentes Sociales.

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En la regional Bahía Blanca de la UTN en convenio con la CGT desarrollan una investigación sobre "hábitat y desarrollo local", junto con el Centro de Estudios para el Desarrollo de Políticas Regionales (CEDPRE) de la entidad gremial. Los estudiantes se inician en la investigación de temas de interés social relacionadas con la sociedad, para insertar al futuro graduado y generar en ellos un compromiso social.

La regional Tucumán, tiene convenios marco de cooperación y colaboración, que promueven el desarrollo de proyectos en materia de infraestructura habitacional y desarrollo urbano. Los acuerdos establecen el compromiso de diseñar y desarrollar programas de avance conjunto, que permitan instancias de capacitación y asistencia técnica en áreas de infraestructura y urbanización. Permitirá el trabajo conjunto de equipos técnicos para analizar proyectos para dar respuesta a necesidades de Vivienda y Hábitat en la Región NOA.

 

En Jujuy, también vale mencionar que equipos de la subsecretaria de Hábitat de la nación y profesionales de la Universidad Tecnológica Nacional evalúan y brindan asesoramiento técnico a los equipos ministeriales de las obras del Plan Hábitat en Jujuy.

 

El Grupo de Investigadores Tierra Firme del Departamento de Ingeniería Civil de la UTN Santa Fe y la Fundación Eco Urbano de la ciudad de Paraná (Entre Ríos) se encuentran organizando para el 2019, el III Encuentro Latinoamericano y Europeo sobre Edificaciones y Comunidades Sostenibles. Destinado a Investigadores, profesionales, alumnos de grado y postgrado, empresas constructoras y fabricantes de materiales, representantes de organismos públicos, entidades y ONG´s que se ocupan de las cuestiones ambientales, sociales, económicas, educativas, políticas y culturales relacionadas con el ambiente construido. Como objetivos se fijaron la concientización de los actores involucrados respecto al momento que está viviendo el planeta y la profundización en líneas de acción amigables con el ambiente; también Informar sobre productos, equipos y servicios que posibiliten la aplicación en viviendas populares de bajo costo, de tecnologías alternativas que privilegien el uso racional de energía y la preservación del medio ambiente, sin perjuicio de sus condiciones de confort.

 

En segundo lugar, referido a antecedentes fuera de la UTN, encontramos que en el 2016, el Consejo Profesional de Ingeniería Civil –CPIC- llevó a cabo el Primer Congreso de Ingeniería Urbana. Participaron 60 panelistas en total (3 expositores, 10 moderadores y 20 autores de trabajos), entre los que se contaba con presencias tanto internacionales como de diversas provincias del interior del país, que profundizaron sobre cuatro ejes temáticos clave en la actual coyuntura: vivienda y desarrollo urbano, sustentabilidad en las ciudades, recursos hídricos e inundaciones y transporte. Se abordaron temas de Hábitat y Vivienda, Ciudades Sustentables, Sustentabilidad en las Ciudades, Proyectos de Desarrollo en la Infraestructura Urbana, Residuos y Efluentes Urbanos, Infraestructura y Desarrollo. Para ampliar información se puede consultar la web www.congresoingenieria.com.ar/i-congreso.

 

En la Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Ingeniería se desarrolla el Centro de Estudio e Investigación en Ingeniería Urbana y Vivienda. Su misión es abordar la cuestión habitacional enmarcándola dentro de la problemática socioeconómica distinguiendo sus dos grandes vertientes: la social y la económica. Dentro de lo social trata lo relacionado con los asentamientos humanos, las influencias demográficas, los diferentes segmentos sociales de la población, las emergencias, los siniestros, las discapacidades físicas, etc. En lo económico, estudia los componentes financieros, industriales, tecnológicos, arquitectónicos, de la ingeniería, la planificación urbana y regional, el trabajo y el empleo, el desarrollo territorial, el interés geopolítico nacional, etc. Son sus objetivos: Crear y desarrollar un nuevo ámbito especializado de excelencia para la formulación de los lineamientos esenciales de las políticas públicas de la Vivienda y la Ingeniería Urbana, con propuestas innovadoras. Sostener una tarea de investigación en el largo plazo, continua, multidisciplinaria y abierta a las distintas posiciones e ideologías, con el rigor técnico-científico de la FIUBA. Concentrar en esta unidad académica toda la participación activa relacionada con la especialidad de la Universidad de Buenos Aires, en un marco interdisciplinario. Constituir un foro referencial para el debate y la difusión pública, desde la Universidad, de la problemática de la cuestión habitacional y los temas de la Ingeniería Urbana. Profundizar el conocimiento de los aspectos técnicos, económicos y sociales relacionados con la vivienda y su vinculación con la Ingeniería Urbana. Asegurar la cooperación e intercambio con las distintas facultades de la UBA en los temas específicos y también con Centros, Organismos y Entidades públicas, privadas y sociales de la República Argentina. Integrar la red internacional de universidades, centros de investigación y organismos internacionales especializados, especialmente con UNCHS HABITAT, United Nations Center for Human Settlements.

 

También en la FI-UBA, se encuentra la catedra libre de ingeniería comunitaria. Se caracteriza por realizar trabajos comunitarios y hacer aportaciones sociales, técnicas, y de formación social por ejemplo el curso de “Veedores Comunitarios de Obras de Infraestructura”.

  

En Córdoba, perteneciente al CONICET, se encuentra el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE), entre sus miembros se encuentran ingenieros civiles, químicos, etc. Su misión es contribuir a la construcción de un hábitat sustentable mediante el desarrollo de conocimiento y promoción de acciones a favor de los sectores populares a nivel local, nacional y regional. Sus objetivos estratégicos son: Desarrollar conocimientos y tecnologías innovadoras vinculadas al hábitat sustentable, apropiadas y apropiables por los sectores populares. Promover acciones directas e indirectas, en articulación con otros actores sociales, que contribuyan a mejorar el hábitat y fortalecer el desarrollo local. Generar contribuciones e incidir en la definición de políticas socio-habitacionales y científico-tecnológicas tendientes a garantizar el derecho al hábitat.

 

 

 

 

I.2.2. Contexto de inserción provincial

 

En nuestra provincia encontramos principalmente los siguientes ámbitos de investigación en relación al hábitat o territorio.

 

Ubicado en el Centro Científico Tecnológico Mendoza perteneciente al CONICET, se encuentra recientemente creado Instituto Ambiente, Hábitat y Energía. El INAHE, se propone cumplir con los siguientes objetivos: Promover la producción y la transferencia de conocimientos, tecnologías e innovaciones direccionados a organismos públicos nacionales, provinciales y municipales así como a empresas nacionales e internacionales y a profesionales del sector privado; facilitando el acceso de la población a las ventajas que de ellas se deriven. Fomentar la consolidación y aumento de laboratorios y talleres experimentales con capacidades para producción y transferencia de CyT e innovaciones tecnológicas en el campo de estudio. Preparar recursos humanos que en los laboratorios tengan capacidad de certificación energética en el formato de Servicios Tecnológicos de Alto Nivel. Transferir conocimientos en los circuitos académicos (enseñanza de grado, cursos de actualización profesional, de posgrado y reuniones científicas) y en los circuitos comunitarios (educación formal y no formal). Contribuir en la formación de recursos humanos altamente capacitados para actuar en forma autónoma (doctores y magísteres), articulando la investigación con la dirección de tesis de posgrado y estudios post-doctorales.

 

En la Universidad Nacional de Cuyo se encuentran dos ámbitos en relación a los temas de hábitat y territorio. En primer lugar, el Instituto CIFOT, perteneciente a la Facultad de Filosofía y Letras se dedica a la investigación, formación y gestión del territorio. Se conformó en el año 1986 como centro de investigación (Ord. 011/86-CD) y gracias a la trayectoria cumplida, a partir del año 2004 pasa a la categoría de Instituto. Está integrado por un grupo de investigadores, docentes, egresados, becarios y alumnos provenientes de diferentes disciplinas. De esta forma, el nivel de especialización del equipo profesional y la experiencia adquirida en los diferentes proyectos de investigación, es transferida a nivel de grado y posgrado, a instituciones públicas, instituciones privadas y a la comunidad en general.

 

En segundo lugar, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se encuentra el Centro de estudios sobre asentamientos humanos cuyos objetivos son: Integrar formalmente a la estructura del Centro las actividades de investigación realizadas por los miembros (Investigadores, becarios, adscriptos y ayudantes). Realizar el Primer Encuentro con miembros asesores del Centro para la puesta en marcha de actividades presenciales de asesoramiento, perfeccionamiento y capacitación (octubre 2006). Planificar actividades de formación de post grado en temáticas vinculadas con las finalidades del Centro. Planificar las estrategias de difusión de la producción académica de los miembros del Centro. Gestionar fondos para el financiamiento de futuras actividades del Centro.

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